En el archipielago conviven tres razas, los nativos Ara', los humanos conquistadores y los Ifás traidos a la fuerza como mano de obra esclava. Esta mezcla de influencias, sumado a la segregación que sufre la parte no humana de la población crea tensiones entre los diferentes habitantes, lo que en ocaciones deriva en luchas armadas, la última de estas contiendas alcanzó todos los rincones del país y duró casi cinco años, la más larga hasta la fecha, pero fracasó debido a regionalismos y contiendas internas en el bando revolucionario. La Guerra Dividida, como terminó por llamarse este período, demostro que se requería algo más que un objetivo común para unir una población que carecía de una conciencia nacional, conformar una identidad cultural partiendo de un puñado de retazos vetustos iba a requerir de más sangre de la que cualquiera se hubiera imaginado.
Los humanos arribaron a las islas hace 400 años, conquistando cada centímetro de tierra con sangre y fuego. Lukono fue uno de los territorios más beligerante en este período inicial, forzando a los conquistadores a solicitar ayuda al Clero para combatir las defensas taumaturgas que los nativos habían creado en sus costas y bosques, al finalizar la contienda con la recordada Noche Sacra, y de forma inesperada, la iglesia reclamó para sí parte del nuevo territorio conquistado que luego se convertiría en la capital de Lukono: Nocsant. En la actualidad los humanos componen una parte importante de la población en las islas, siendo los únicos en capacidad de ocupar cargos publicos y de gobierno, aunque la mayoría dedique su vida al campo o al ejército.
Los Ifás llegaron a Lukono mediante una inmigración sistemática y forzada como esclavos. Al ver el número de nativos disminuir drásticamente durante los primeros años de asentamiento los humanos comenzaron a migrar desde el continente Okan miles de Ifás para ocupar las labores más básicas requeridas en las nuevas colonias, esta práctica se extendió durante algunos siglos, aunque en la actualidad son pocos los de esta raza que viven en las islas y no han nacido en ellas. Ya desde hace unas décadas los Ifás conforman el principal sector poblacional del archipiélago actuando como esclavos en su mayoría, pero luego de La Guerra Dividida a un buen número de Ifás se les concedió su "libertad", de esos "Ifás libres" el 70% murió en solo un par de años.
Los Ara's son oriundos del archipiélago y de todo el nuevo continente, con la llegada de los humanos hace 400 años y el comienzo de su conquista estos nativos se vieron obligados a defender sus hogares y vidas, en ciertas partes hubo más resistencia que en otras, pero en Lukono en particular la lucha fue encarnizada lo cual por desgracia no cambio el resultado. Aunque el número de Ara's en las islas había disminuido debido a la contienda, los humanos seguían necesitando mano de obra, lo cual llevó a la esclavitud a los habitantes que habían sobrevivido y por consiguiente al casi exterminio de todo Ara' en Lukono. Cuando solo quedaban unos pocos, la corona decidió crear una nueva ley de protección que aseguraba su libertad y otorgaba una pequeña parte del territorio de su antaño país para vivir en comunidades. Actualmente, en Lukono solo existe una comunidad Ara': Jiguaní, en la parte más oriental del archipiélago.
Estas tierras se encuentran en una lucha constante, las tensiones entre las diferentes razas y estamentos genera violencia, pero incluso cuando no siempre están las bestias y la violencia de estas no necesitas ser generada solo satisfecha.
Uno de los principales enemigos que te enfrentarás en Lukono serán otras personas, las habilidades y capacidades de estas podrán variar en dependencia de su raza, trabajo o experiencia. Pero te aseguro que siendo amable se podrán evitar confrontaciones, especialmente cuando se encuentre en un callejón oscuro y un individuo se le acerque demasiado requiriendo fuego, como dice un particular proverbio lukones: "Dale fuego a un hombre y estará caliente un día, pero préndele fuego y estará caliente el resto de su vida", amabilidad ante todos.
Por otro lado, no hay manera de evitar confrontaciones con las bestias de Lukono, estas palabras no son exageraciones, las bestias quieren a todo individuo que ponga un pie en Lukono muerto, nadie sabe del todo el porqué, no necesitan comer, ni siquiera se cazan entre ellas, solo atacan a las personas y dejan su cadáver atrás buscando su siguiente víctima. Muchos expertos han intentado explicar este comportamiento tan peculiar y el porqué solo ocurren en este manojo de tierras, pero si las razones existen más allá de "Dios realmente odia estas islas" ninguno de esos expertos ha conseguido dar con ellas.
La situación con las bestias y su constante ataque ha necesitado cierta adaptación por parte de los habitantes a nivel arquitectónico y organizativo, las ciudades y pueblos han tenido que ser creados utilizando una de las "reglas" por las cuales las bestias se rigen: no pueden atacar ningún ser vivo que no sea una persona, esta norma incluye por suerte a los árboles y plantas. Utilizando esto, la mayoría de las ciudades y pueblos están rodeados por una "capa" vegetal que previene ataques y, cabe decir, a veces resulta encantadora.
Nocsant es la ciudad más grande y capital del archipiélago, sus murallas están cubiertas por enredaderas para evitar a las bestias.
Jiguaní está cimentada sobre una ladera, teniendo que defender uno solo de sus flancos, sus defensas son endebles pero efectivas.